Es evidente que la práctica del Wing Chun fomenta cualidades y aptitudes físicas básicas, como la fuerza, la velocidad, la resistencia, la elasticidad, los reflejos, la agilidad, etc; al igual (aunque no de la misma forma) que cualquier deporte debería hacer. En este aspecto, es un entrenamiento más bien generalista, se trata de que el practicante de cualquier edad obtenga una forma física adecuada sin incidir fuertemente en ningún aspecto. El trabajo que se desarrolla se empleará fundamentalmente para que este logre un mejor desarrollo y coordinación motriz de manos y piernas, equilibrio, destreza de movimientos, dominio del espacio, concentración, técnica básica de golpeo, posicionamiento y desplazamientos.
Pero además de todo lo relacionado con la educación física, la práctica del Wing Chun les va a ayudar a controlar el estrés, canalizar su agresividad, y aumentar la autoestima.