Tomando apuntes.

Tomando apuntes.

Tomando apuntes para la nueva temporada.

Ya vemos por ahí muchos adelantos, cambios de logos, grupos, maestros y otros ajustes que tan de moda están en este tiempo.
Después algunos presumen de lealtades y otras variantes. Pero claro está, ¿cómo van a ser leales si no paran de fallarse a si mismo y a sus principios (el que los tenga)?

Y para que ustedes vean que no solo es en la Fórmula 1 o en el futbol o en nuestros políticos. Aquí, en las artes marciales, también está de moda esto.

Se acuerdan de que otras veces hemos hablado de prisas. Pues eso, las prisas que tienen algunos por llegar (no sé a donde) y esto les hace cambiar, una y otra vez, no solo de maestros, sino también de disciplinas y demás.

Lo gracioso es que, cuando se cambian de disciplina, también quieren correr y, además, quieren ser los mejores recién llegados. Y, claro está, pegando una patada al bote, salen como este, un montón de buenos y “lideres” de pacotilla que se creen con el derecho de decir y proclamar, lo bueno que es este nuevo (para él) arte donde se han metido ahora. Y otra vez corriendo para convencer a todos sus alumnos (pocos o muchos) de que les siga para ser completos y verdaderos artistas marciales e invencibles, en el hipotético caso de que, alguno de ellos tenga una discusión más allá de la cola del supermercado.

Al poco de este cambio, ya vamos dando pinceladas de lo que deberían hacer y no hacer. Ya vamos diciendo que esto sería bueno cambiarlo y poner esto otro… y a los pocos meses ya son dioses de pleno derecho para cambiar tan o cual cosa para que, ese arte, funcione mejor.
En definitiva: volvemos a correr y a querer saber más que el Papa o que el propio creador de “tal sistema”.
Y, como es de esperar, en breve, cambiaremos otra vez.

Y todo esto, con apenas unos añitos de formación… si, otra vez vuelvo a decir que las inquietudes son una cosa y las prisas, son otras.
Otra vez no me gusta ver todo aquello que brilla sin esfuerzo, sin saber, sin haberse formado en algo como es necesario.

Los caminos fáciles: el te pago por esto o por lo otro y tú me das aquello que tanto ansió. Así después, con mi nuevo “papel para mi pared” podré presumir de intentar hacer esto o aquello que me de la gana. Total, la gente no se va a enterar y yo les comeré la cabeza con que serán guerreros sin coraza, caballeros sin caballo y armas sin ser armados.
Otra vez, nos engañaran estos chichiricuatres oportunistas, compradores/vendedores de la magia que tanto les ha “¿costado?” a ellos.

Ojo, son buenísimos en lo que hacen, al igual que antes. Solo que ahora tienen más maestría, más títulos, más cinturones y más conocimiento para seguir engañando y estafando a la gente.

Después vienen los que como no pueden jugar en primera división, pues se cambian a otra liga para ver qué pueden hacer con lo que tienen y que no supieron defender en primera división.
Dicho de otra manera, se intentan acercar a alguien que les haga caso para poder comprar. SI, comprar algún título más o acreditación con el fin de llenar sus estanterías y decir: ¡qué bueno soy! En un año he conseguido en esta liga o federación lo que, en la otra, no me daban…
Y, ¿no será porque no has hecho nada para merecerlo? ¡patán!

Y así vamos viendo como el circo de las artes marciales, sigue dando de comer a unos sinvergüenzas sin alma, pero con estilo; para, a costa de otros, enriquecerse, burlarse y vivir a pleno gas. Presumiendo de lo que entrenan, aprenden y saben en esta corta vida que llevan a su espalda.
Ojo, otros lo han conseguido y, a día de hoy, ya son mayorcitos y siguen llenándose las manos y la boca también al decir y predicar la palabra: honradez.

Vergüenza le tenía que dar a unos y otros… pero, no nos engañemos, no pueden tener vergüenza quién no la conoce.
Porque la Ley del mínimo esfuerzo ha sido su compañera de viaje desde el principio para unos. Y para otros, la picaresca, la burla, la presa fácil y las buenas palabras. Lo que han llevado al camino del “éxito” algunos pajarracos que dicen ser maestros de artes marciales. Maestros de la vida, diría yo…Chaperos que se venden por dinero para, además de reírse del más débil de mente, siempre buscan la presa fácil. El desconocimiento la promesa que nunca llega y otras.

Por esto, y por muchas otras cosas más, después hay tantas bajas de las artes marciales, tanto cambio de escuela por parte de los alumnos y, en ocasiones también, cambio por parte de los instructores, al darse cuenta que ellos también quieren formar parte de ese circo. Y aquí es cuando cruzamos la línea del camino fácil.
Ahora es cuando descubren un “filón” y se ponen las máscaras de aquellos que han estado criticando en otras ocasiones. Ahora ya les pueden hablar de tú a tú.
Dios los cría y el viento los amontona.
Después quieren que el país, nuestros políticos y el vecino de enfrente, sea honesto. ¡ja!

Para todo lo demás, ya sabes donde encontrarme.

Y para despedirme, unas palabras de Rosendo Mercado:


Alguien va presumiendo discreción
Flojos de pantalón
Líderes del diseño…”

Sifu José Casimiro

1 Comment
  • Manuel Castañeyra
    Posted at 13:59h, 27 julio Responder

    No puedo estar más de acuerdo contigo, Sifu. Aplaudo tu magnífico artículo y la denuncia que contiene. Siempre será un fenómeno que me sorprende y me causa estupor a partes iguales. No termino de entender que, en un sector como las artes marciales, hay tanta poca honestidad y tanto vendehumos. Señores, tenemos que ser más responsables porque lo que enseñamos es una herramienta que nuestros alumnos, nuestros hijos en las artes marciales, van a usar para poder, llegado el caso, protegerse o proteger a los suyos. De qué nos sirven los títulos y los méritos de mentira. Es inaceptable. Tenemos que cuestionarnos los que aprendemos y lo que enseñamos. Tenemos que entrenar probando y viendo cómo funciona lo que hacemos. Las Artes Marciales son maravillosas, pero las estamos prostituyendo. Yo respeto todas las artes marciales porque creo que todas te pueden aportar algo valioso en el camino de la vida, pero son artes marciales y como tal deben ser aprendidas y enseñadas. Me da pánico enseñar algo a alguien que no le sirva para nada y que el crea que si porque confía en mi. Llegado el momento el dolor va a ser doble, porque vendrá teñido de decepción y de confianza destruida. Seamos honestos y si nos gusta este o aquel arte marcial porque es el que nos llena, entrenemos con intensidad, dediquémosle tiempo, años, muchos años. Y no miremos a los títulos colgados en la pared, porque cuanto más sabremos más necesitaremos aprender. El esfuerzo y el sacrificio es parte de la recompensa. Si presumes de lo que no tienes siempre habrá alguien dispuesto a ponerte en tu sitio. No engañes a tus alumnos ni te engañes a ti mismo. Tengo la inmensa suerte de tenerte como sifu y de poder aprender de la verdad que subyace de tus enseñanzas. Los patanes farsantes, tarde o temprano, recibirán su merecido. Respeta a todo artista marcial de cualquier arte marcial (dejemos a un lados que unas sean mejor que otras, porque todo es relativo) que entrene con pasión, honestidad, humildad y arrojo. Y abraza a aquellos maestros que sudan la camisa, piensan, se hacen preguntas, evolucionan y saben guiar a sus alumnos en ese proceso. Es triste que la gente tenga tan poca decencia… pero la vida apunta y tarde o temprano pasa la cuenta.

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