El Wing Chun fue fundado al término de la Dinastía Ming, sobre su origen existen muchas historias y leyendas que han perdurado en el tiempo.
Según el Gran Maestro Yip Man, el más importante exponente del Wing Chun moderno, este Arte se originó gracias a la monja Shaolin Ng Mui, que fue una sobreviviente de la destrucción del Templo Shaolin junto a otros cuatro monjes, acusados de revolucionarios políticos.
Ng Mui era practicante de Kung Fu y siempre estaba tratando de superarse, era muy observadora y buscaba la real aplicación de las técnicas. Una leyenda cuenta que, Ng Mui observó el enfrentamiento entre una serpiente y una grulla, quedó impresionada con la forma que el ave esquivaba y atacaba a la serpiente, por esta razón decidió adoptar los movimientos de la grulla e incorporarlos a su arsenal técnico.
En un pequeño pueblo, conoció a Yim Wing Chun, una joven que trataba de escapar de un matrimonio forzado con un hombre violento, la monja Mui se solidarizó con el problema de la joven y le enseñó el nuevo Arte. Yim Wing Chun enfrentó al hombre y lo derrotó fácilmente. El nuevo Arte era muy práctico, perfecto para alguien pequeño y de poco peso, no requería fuerza bruta y los movimientos eran continuos, precisos y eficaces.